■ Proyecto

La Ruta del Estraperlo no es sólo un circuito de senderismo convencional sin más interés que el estrictamente recreativo o deportivo. Es una experiencia de aproximación y fusión del participante con un entorno paisajístico y cultural singular que emana recursos, valores y percepciones de gran contraste que no pasan desapercibidos para un participante mínimamente comprometido con su cultura y territorio.

La introspección de este entorno proporciona al visitante emociones que confirmarán una experiencia de gran valor sensorial y reactiva la vinculación social con un territorio ávido de ideas e inversiones innovadoras que supongan un incremento de sus amplios si bien escasamente aprovechados recursos de carácter ecológico, paisajístico y patrimonial.


El Altiplano de Cúllar-Chirivel y su territorio vinculado como acceso fundamental en la interacción con el sureste almeriense, esto es la Tierra de Oria, es un espacio singular y de notables recursos de interés científico y turístico.


Su función ecológica y regional de interacción estratégica y clave para comprender los procesos bióticos y humanos que lo habitan lo convierte en uno de los intercambiadores o ecotonos más valiosos y significativos del sudeste ibérico.


Es un territorio perfectamente delimitado por dos unidades montañosas que llegan a los 1825 m como es la Sierra de Orce-Cúllar al norte y la Sierra de Cúllar-Oria al sur, con una sucesión de diversas unidades montañosas. El macizo calcáreo jurásico al norte y la cadena montañosa alpujárride con materiales dolomíticos o pizarrosos-esquistosos encierran y delimitan una altiplanicie de 1000 m de altura llana y elevada como es el Pasillo Altiplano de Cúllar-Chirivel.


Estas tres grandes unidades biogeográficas albergan una vegetación natural de encinares degradados si bien notablemente conservados en ciertos microambientes y pinares junto a numerosas especies arbustivas y aromáticas así como islotes de quejigos y arces en zonas más húmedas y altas.


El paisaje de dehesa de encina se conserva en determinadas zonas de la altiplanicie creando paisajes mixtos con el cereal o almendral dominante lo que configura valiosas cuencas y perspectivas paisajísticas de gran contraste y calidad muy mutables durante el año a causa de la variedad de tonos y coloraciones que adquiere el paisaje.


El clima seco y frío contrasta con veranos no excesivamente calurosos. Las precipitaciones en torno a las 400 m y la diversidad del suelo permite una gran variabilidad vegetativa y faunística con numerosos enclaves y biotopos de bajo impacto antrópico lo que es un gran factor de interés conservacionista, en especial para interesados en plantas aromáticas y fauna ornitológica como rapaces y aves esteparias, particularmente abundantes y observables.



Este territorio fue estratégico para la instalación humana al menos desde 800.000 años si nos atenemos a los resultados obtenidos en el yacimiento Cúllar Baza 1. Con total seguridad los cazadores recolectores del paleolítico medio hacia el 100.000-30.000 ANE (Antes de Nuestra Era) usaron de modo móvil itinerante este espacio como lo demuestran los numerosos yacimientos con rocas silíceas utilizadas para su aprovechamiento en la Sierra de Orce principalmente.


Hacia el año 4.000 ANE se inicia un lento pero progresivo proceso de sedentarización en aldeas de grandes cabañas circulares que evolucionan y se complejizan hasta su despoblamiento a inicios del II milenio ANE. Son numerosos estos yacimientos conocedores inicialmente del cultivo de cereal o el pastoreo de ovejas fundamentalmente. Hasta el momento el mejor conocido es el poblado neolítico final y calcolítico de El Malagón en Cúllar, con presencia de una sociedad inicialmente compleja de jefaturas que intercambiaban el sílex o el metal de cobre como elementos valiosos en su sistema de intercambio regional. O bien las cuevas de igual época con arte rupestre de Chirivel en la Sierra de María, caso de la excepcional Cueva Chiquita de los Treinta con una inicial y antigua fase naturalista y otra posterior esquemática.


Tras la emergencia del traslado y concentración de los poblados hacia cerro estratégicos de gran capacidad visual durante el II milenio ANE y con escaso pero significativo poblamiento a inicios del I milenio, la época romana es clave para entender la función hiperestratégica del Altiplano Pasillo.
La principal vía de comunicación entre el Sudeste y la Alta Andalucía se encuentra en nuestra zona, jalonada de villas rurales y pequeños poblados como se atestigua en la Ad Morum romana que era Chirivel o los miliarios encontrados en Cúllar y Las Vertientes.
Durante época medieval la zona parece actuar de frontera con el reino de Tudmir en Murcia y es objeto de continuas incursiones y vaivenes que generarán finalmente los solares urbanos actuales que son herederos del urbanismo bajomedieval.

El espacio agrícola se configura con rasgos formales de gran y mediano latifundio cerealístico y ganadero de ovino durante los siglos XVI-XIX surgiendo numerosas aldeas y cortijos de gran interés arquitectónico y paisajístico.


Una ruta de ecopaisaje histórica con carácter regenerativo…
AlVelAl promueve el aumento de los ingresos mediante la mejora de los suelos, la diversificación de los cultivos, los productos regenerativos y servicios de calidad reteniendo el valor añadido en el territorio mediante procesos de transformación y una comercialización más favorable a los productores.

Un ecosistema productivo ideal. La Almendrehesa.

Nos encontramos en el territorio de la asociación AlVelAl, un movimiento que en cada uno de sus proyectos apuesta por los 4 Retornos, social, ambiental, económico y de inspiración.
En este territorio encontrarás la mayor extensión de almendro ecológico de secano del mundo.

Un cultivo principal que combina de manera armoniosa con otros cultivos históricos mediterráneos como el olivo, la vid y los cereales además de las hierbas aromáticas, junto a la apicultura y el pastoreo sostenible.
Un ecosistema productivo integrado que convierte nuestro paisaje en un auténtico mosaico para deleite de nuestros cinco sentidos.